El ácido fólico influye en la salud del feto
En Brasil, 52% de las mujeres se quedan embarazadas sin haberlo planeado. Los datos proceden de la encuesta Nacimiento en Brasil - Encuesta nacional sobre trabajo de parto y parto, realizada por la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) en 2014. En otras palabras, más de la mitad de los bebés del país no se benefician del efecto protector de la suplementación periconcepcional (antes del embarazo) de ácido fólico o vitamina B9. Esto se debe a que la recomendación es que la dosis diaria de 400 microgramos (o 0,4 miligramos) se inicie 30 días antes del embarazo y continúe durante todo el primer trimestre de gestación. El beneficio del uso de esta vitamina del complejo B para prevenir defectos del tubo neural (DTN) -como anencefalia, espina bífida y encefalocele- ya está bien documentado y consolidado en estudios que comenzaron hace más de 50 años.
Sin embargo, una nueva investigación amplía el efecto protector de la vitamina B9 en la salud infantil. Antonio Carlos Vieira Cabral, profesor de obstetricia de la Facultad de Medicina de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), afirma que la suplementación con ácido fólico previene otras anomalías, como el labio leporino y el paladar hendido. "Además de los efectos faciales, protege al feto contra cardiopatías congénitas y contra los efectos negativos de medicamentos que la madre necesita usar durante el embarazo - depresión y epilepsia, por ejemplo. En estos casos, el ácido fólico antagoniza la acción de estos fármacos durante el embarazo", afirma.
Los nuevos planteamientos también sugieren protección contra el autismo y la obesidad. "Hemos estado investigando la importancia de los suplementos de ácido fólico en la prevención de trastornos como el autismo y de trastornos del crecimiento infantil, como la obesidad. Se trata de un campo que aún no ha alcanzado sus límites y es probable que en los próximos años descubramos aún más beneficios en esta relación", afirma el experto.
Cabral dice que el ácido fólico empezó a utilizarse empíricamente. "Las embarazadas lo tomaban y los investigadores observaban los resultados y luego buscaban una explicación de por qué tenía un efecto positivo en la prevención de los DTN. En los últimos 20 años, la investigación ha tratado de comprender los beneficios de la suplementación en la prevención de otras anomalías. Recientemente, los estudios han atestiguado la capacidad del ácido fólico para formar ADN. Además de ayudar al código genético, esta vitamina favorece la expresión génica, es decir, facilita que los genes se expresen correctamente. Hoy sabemos que el ácido fólico está directamente relacionado con la genética", explica. Según él, en este nuevo enfoque ya se sabe que el folato influye en la maduración del neurodesarrollo de los fetos.
IMPORTANCIA DE UNA DOSIFICACIÓN CORRECTA
Presidente de la Comisión de Perinatología de la Federación Brasileña de Asociaciones de Ginecología y Obstetricia (Febrasgo) y profesor de la Universidad Federal de Paraíba (UFPB), Eduardo Borges da Fonseca afirma que el ácido fólico previene entre 70% y 80% contra defectos del tubo neural. Según él, el protocolo de 400 microgramos (o 0,4 miligramos) de ácido fólico 30 días antes del embarazo y en el primer trimestre de gestación es defendido por las principales organizaciones sanitarias del mundo y cita a la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (Figo), el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (Acog) y el Real Colegio de Obstetras y Ginecólogos (RCOG).
En Brasil, según él, el mayor problema - además de la falta de planificación familiar que impide la suplementación periconcepcional de vitamina B9 - es la dosis suministrada por el Sistema Único de Salud (SUS), que no sigue la prescripción internacional. "La Lista Nacional de Medicamentos (Rename) determina que el medicamento está disponible en gotas en la red pública de salud en una dosis de 0,2mg/ml - una cantidad que sería adecuada para el uso de las mujeres embarazadas. Sin embargo, las unidades básicas de salud ofrecen el suplemento en dosis de 5mg. El ácido fólico no está disponible en la red pública para prevenir defectos del tubo neural, sino para tratar la anemia", señala. Eduardo Fonseca también advierte que la sobredosis de ácido fólico también tiene repercusiones negativas en la salud del feto. "Ya hay estudios que asocian dosis elevadas de esta vitamina con alteraciones en el desarrollo neuropsicomotor del niño", afirma.
El profesor de la UFMG Antonio Carlos Vieira Cabral también subraya que la dosis de 5 mg de ácido fólico ofrecida por el SUS no puede tomarse diariamente. "Lo ideal es utilizar la dosis adecuada - 0,4 miligramos diarios - para evitar la sobredosificación. De lo contrario, la suplementación puede tener un efecto paradójico en el niño, perjudicando el neurodesarrollo o incluso provocando malformaciones. Nunca hay que tomar demasiadas vitaminas. Hay que acabar con esa idea errónea de que "cuantas más vitaminas, mejor". Una sobredosis es tan perjudicial como una carencia", observa.
Además de subrayar que el periodo mínimo de suplementación periconcepcional es de 30 días, el especialista explica que el periodo máximo puede ser de años (siempre que la dosis sea correcta). "Si la mujer no se queda embarazada en 30 días, puede continuar con la dosis diaria de 400 microgramos". Cabral añade que el uso de ácido fólico puede extenderse durante todo el embarazo y no sólo en los tres primeros meses. "En el segundo y tercer trimestre, la suplementación pretende actuar sobre otras estructuras. Desde el punto de vista de la maduración, la formación del cerebro no termina a los tres meses, sino que dura hasta el final del embarazo. En cualquier momento durante las 40 semanas, existe el riesgo de que estas estructuras se vean comprometidas. Por tanto, el ácido fólico habrá cumplido plenamente su función: tanto para prevenir anomalías como para ayudar a la maduración del neurodesarrollo", afirma.
FALTA DE INFORMACIÓN
Eduardo Borges da Fonseca dirigió un estudio en la UFPB que evaluó el uso de ácido fólico en 500 mujeres que dieron a luz en maternidades públicas y privadas. "La mitad quedó embarazada sin planearlo y no recibió la protección del ácido fólico para la salud del feto. En estos casos, es habitual que las mujeres acudan al médico después de que se les retrase la regla, es decir, a las seis semanas de gestación, cuando el tubo neural del bebé se forma entre los 57 y los 60 días. En otras palabras, si no se toma antes, la gran mayoría se pierde esta ventana de formación", subraya.
Otro hallazgo alarmante es que en el grupo de mujeres que planificaron su embarazo, 30% utilizaron ácido fólico, pero sólo 10% utilizaron la dosis correcta. "El principal factor determinante encontrado en la investigación fue el nivel socioeconómico. Cuanto mayor era el nivel socioeconómico, mayor era la adherencia al uso correcto de la suplementación con ácido fólico. Esto nos demuestra que la información es un factor preponderante en la prevención de los DTN", afirma Fonseca.
También es importante saber que los defectos del tubo neural son multifactoriales y resultan de la acción combinada de los genes y el medio ambiente. "En este caso, el factor ambiental importante es el ácido fólico que, utilizado en pequeñas dosis, reduce la incidencia global de los defectos del tubo neural. Cuando una pareja tiene un hijo con un defecto del tubo neural, el riesgo de que el segundo hijo tenga el mismo problema es de aproximadamente 4%. Con el uso de ácido fólico, el riesgo desciende a 1%", afirma Fonseca. Así, según él, esta vitamina del complejo B actúa de dos maneras: para prevenir la aparición y para reducir la recurrencia.
El especialista añade que las repercusiones para la vida del niño pueden ser más o menos graves en función de la altura a la que se abra el tubo. "Cuando el defecto del tubo neural está en la parte superior (o torso superior), la afectación es mayor. Si está más abajo, es decir, en la región lumbosacra, afecta a las piernas y los esfínteres", explica. En este caso, el niño puede tener problemas de incontinencia urinaria y fecal, así como dificultades para caminar.
ALIMENTOS RICOS EN ÁCIDO FÓLICO
Una resolución de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa/RDC 344, de 13 de diciembre de 2002) estableció la obligatoriedad de fortificar la harina de trigo y maíz con ácido fólico y hierro debido a los altos índices de anemia en el país, así como de otras enfermedades causadas por la deficiencia de estas sustancias. Desde entonces, cada 100 gramos de harina de trigo o maíz deben contener 4,2 miligramos de hierro y 150 microgramos de ácido fólico.
El presidente de la Comisión de Perinatología de Febrasgo, Eduardo Borges da Fonseca, dice que esta fortificación minimiza el embarazo no planeado en relación al efecto protector periconcepcional de la suplementación con ácido fólico. "Pero debe quedar claro que esta fortificación no sustituye la necesidad de suplementación", advierte.
Antonio Carlos Cabral subraya que la prescripción recomendada por las principales organizaciones sanitarias del mundo ya tiene en cuenta el enriquecimiento de las harinas. "Con la harina, las mujeres absorben aproximadamente 70% de la vitamina necesaria", afirma. Para él, el gran problema de confiar en la fortificación es que no es posible saber si realmente se ofrece lo que figura en la etiqueta. "El ácido fólico no es barato y no todas las empresas alimentarias tienen un estricto control de calidad", añade.
También es importante recordar que el ácido fólico no sólo es importante para las mujeres embarazadas y sus bebés. La nutricionista de Oba Hortifruti Lívia Nogueira explica que el folato también desempeña un papel importante en el organismo de adultos y niños. "El ácido fólico actúa en la producción de hemoglobina en la sangre y su deficiencia en el organismo puede causar anemia, inflamación de la lengua, deterioro mental e incluso problemas relacionados con el sistema gastrointestinal, como la diarrea", explica. Según ella, la preparación de alimentos ricos en ácido fólico debe ser cuidadosa, ya que alrededor de 50% a 95% de esta vitamina se modifica fácilmente en contacto prolongado con el oxígeno del aire o a altas temperaturas, lo que perjudica su acción en el organismo.
DEFECTOS DEL TUBO NEURAL
La incidencia de los defectos del tubo neural es de una persona por cada mil nacimientos: 40% es anencefalia (incompatible con la vida), 40% espina bífida (el niño puede no caminar, tener incontinencia fecal y urinaria y retraso en el desarrollo) y 20% encefalocele. El profesor de Pediatría de la Facultad de Medicina de la UFMG y coordinador del Servicio de Genética del Hospital das Clínicas, Marcos Aguiar, explica que el sistema nervioso central comienza como un tubo abierto y luego se cierra, y es en este cierre donde actúa el ácido fólico.
- Anencefalia: ausencia total o parcial de cerebro y cráneo. Esta anomalía es incompatible con la vida y es uno de los casos en los que la ley garantiza el aborto en Brasil.
- Espina bífida: defecto en el cierre óseo posterior de la columna vertebral. Esta anomalía congénita puede presentarse de distintas formas. Puede estar oculta y ser asintomática (espina bífida oculta), con las meninges expuestas (meningocele) o, además de las meninges, pueden estar expuestas la médula espinal y las raíces nerviosas (mielomeningocele).
- Encefalocele: similar a un defecto en el cierre de la columna vertebral, salvo que se produce en el casquete craneal. En otras palabras, el cerebro y las meninges se hernian (quedan al descubierto) a través de esta abertura en el cráneo. Es como si una persona hubiera sufrido un accidente de tráfico con pérdida de masa encefálica.
QUÉ COMER
Vea qué incluir en su dieta y cómo prepararlo
- Brócoli: Para conservar el ácido fólico, lo mejor es cocer la verdura rápidamente al vapor.
- Col rizada: Consumir cruda o al vapor en ensaladas, sopas y caldos.
- Espinacas: Pueden comerse crudas o al vapor. Realza ensaladas, tartas, quiches, sopas y caldos.
- Hígado: Para aprovechar al máximo los nutrientes contenidos en este alimento, debe consumirse fresco.
- Judías: Es importante consumir no sólo las judías, sino también el caldo, que concentra gran parte del ácido fólico durante la cocción.