cerrar

¿Irritabilidad, rechazo de la comida y bajo aumento de peso? Su hijo puede padecer la enfermedad por reflujo gastroesofágico

Publicado en 01 de diciembre de 2017

Es frecuente que los bebés presenten regurgitación, conocida popularmente como "engullimiento": el retorno de la leche a la boca después de la toma, en el momento de alimentarse o incluso algún tiempo después. Aunque se trata de una situación incómoda, que preocupa a la familia, la simple regurgitación no supone ningún riesgo para los niños y debe interpretarse como el resultado de que el aparato digestivo no ha madurado. Sin embargo, cuando el nivel de este síntoma es elevado y trae problemas asociados, es necesario investigar, ya que podría significar Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE).

Hay que entender la diferencia entre regurgitación y reflujo e identificar cuándo se convierte en una enfermedad. El Dr. Fábio Ancona Lopez, pediatra y especialista en nutrición infantil, explica: "El reflujo gastroesofágico es el paso del contenido gástrico al esófago. En este caso, puede llegar o no a la boca y la faringe. La regurgitación, en cambio, es el paso del contenido gástrico a la faringe y la boca con exteriorización. En pocas palabras: la regurgitación significa que el reflujo es visible, mientras que el reflujo sin regurgitación puede no ser reconocible.

La enfermedad por reflujo gastroesofágico es la afección en la que aparecen síntomas molestos y/o complicaciones, como irritabilidad, rechazo de la comida, dificultad para ganar peso, a menudo acompañados de llanto intenso e inconsolable. Los bebés pueden padecer esta enfermedad y necesitan cuidados especiales.

"La ERGE puede causar graves complicaciones de salud a los niños, que pueden sufrir esofagitis, vómitos sanguinolentos, úlceras pépticas, desnutrición, alteración del esmalte dental y aspiración broncopulmonar", añade el Dr. Fábio Ancona.

Los niños con estas afecciones necesitan fórmulas lácteas especiales diseñadas para satisfacer sus necesidades nutricionales. Organismos internacionales, como la Academia Americana de Pediatría, recomiendan como primera línea de tratamiento las fórmulas espesadas, muy eficaces contra la regurgitación y el reflujo. Estos productos utilizan diversos tipos de espesantes, como el almidón de tapioca y la goma garrofín.

"Padres y pediatras deben valorar qué fórmula se adapta mejor al niño. Hay que prestar atención a la digestibilidad de la fórmula. Las que utilizan proteínas de leche de vaca parcialmente hidrolizadas pueden proporcionar un mayor confort al niño. El uso de dos espesantes también es diferencial en el tratamiento de estos pequeños pacientes. Las fórmulas disponibles tienen el perfil energético, proteico y lipídico adecuado para proporcionar un buen crecimiento y desarrollo, y deben contener la cantidad adecuada de ácidos linoleico y α-linolénico para el buen desarrollo cerebral y visual del niño", afirma el Dr. Ancona.

Ver en su totalidad

Derechos de autor ©. biolaboratorio | Derechos reservados - 2025