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Enfermedad frecuente en la infancia, la dermatitis atópica afecta a 2 de cada 10 niños menores de 5 años.

Publicado en 08 de agosto de 2023

Piel irritada, seca y enrojecida, hipersensibilidad y picor son los primeros signos y síntomas de la dermatitis atópica, una enfermedad inflamatoria crónica que afecta a cerca de 20% de los niños, de los cuales 60% manifiestan la enfermedad en el primer año de edad, según la Asociación Brasileña de Alergia e Inmunología (ASBAI). La enfermedad no es contagiosa y suele persistir hasta la edad escolar, alternando periodos de mejoría y empeoramiento. El Prof. Dr. Persio Roxo Junior, pediatra y alergoinmunólogo, profesor y jefe de la División de Inmunología y Alergia Pediátrica de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo, advierte de que durante esta fase pueden aparecer lesiones rojas y escamosas en la cara, el tronco, las piernas y los brazos, mientras que en los niños mayores las lesiones tienden a ser más secas, oscuras y localizadas en los pliegues del cuerpo.

La dermatitis atópica está causada por cambios genéticos que comprometen la capa protectora de la piel, haciéndola más susceptible a la penetración de sustancias potencialmente sensibilizantes e irritantes, que desencadenan la inflamación. "La propia sequedad de la piel provoca picor y, cuando el niño se rasca, permite la entrada de sustancias irritantes y sensibilizantes, lo que aumenta aún más el picor y la inflamación. Este círculo vicioso es continuo y puede prolongarse durante mucho tiempo, mermando considerablemente la calidad de vida, provocando trastornos del sueño, irritabilidad y baja autoestima", explica el profesor Persio.

La inmunóloga pediátrica añade que esta inflamación puede manifestarse de forma continua y, a largo plazo, los brotes pueden ser espontáneos o desencadenados por factores externos como alérgenos (inhalantes y/o alimentos) e irritantes, como la lana y la ropa de fibra sintética. Las infecciones, el estrés emocional y factores ambientales como la contaminación, las variaciones bruscas de temperatura y los baños prolongados en agua caliente también pueden contribuir a los brotes. Las altas temperaturas provocan un aumento de la sudoración y los baños se hacen más frecuentes, lo que intensifica la aparición de irritaciones. En invierno, los baños calientes más frecuentes y la baja humedad contribuyen a la sequedad de la piel. Por eso el especialista recomienda optar por baños rápidos y templados.

Durante este periodo, la piel tiende a volverse más sensible y seca, por lo que el profesor aconseja hidratarla enérgicamente, beber líquidos con frecuencia y evitar el uso de estropajos durante el baño. "En el caso de los niños, es preferible utilizar jabones líquidos, ya que ayudan a prevenir las infecciones bacterianas, bastante frecuentes en los niños con dermatitis atópica. Para restaurar la barrera cutánea, se recomienda utilizar cremas hidratantes suaves, con formulaciones ricas en emolientes, que aumentan la retención de agua en la piel y preferiblemente no contienen conservantes, parabenos ni fragancias. Las formulaciones que contienen bisabolol y alantoína ayudan en los procesos de cicatrización de la piel, renovación celular y regeneración de los tejidos. Esta hidratación debe hacerse a diario, 3-4 veces por todo el cuerpo", subraya la especialista.

El profesor explica que la alantoína forma una película sobre la piel, impidiendo la evaporación del agua y, en consecuencia, la deshidratación. El bisabolol actúa como antiinflamatorio, repeliendo las moléculas responsables de la inflamación, calmando la piel y reduciendo la irritación cutánea. Su uso continuado mejora la sensibilidad, las rojeces y el ardor.

Para que el tratamiento tenga éxito, deben combinarse otras recomendaciones con el uso de humectantes. Por ejemplo, al lavar la ropa, dar preferencia al jabón de coco y evitar el uso de suavizantes. Sin embargo, el especialista advierte de la necesidad de investigar las posibles causas de la sensibilización del paciente. "Es importante considerar la posibilidad de una alergia a la proteína de la leche, especialmente en lactantes, ya que puede ser durante la fase de introducción de este alimento cuando aparecen los primeros síntomas".

La dermatitis atópica infantil es una enfermedad difícil. Pero con el tratamiento adecuado y cuidados dermatológicos especiales, es posible controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los niños afectados. "La orientación a padres y cuidadores y un seguimiento médico adecuado son fundamentales durante esta fase, así como seguir las recomendaciones de los especialistas y mantener la piel hidratada en todo momento", concluye el profesor de la USP Persio Roxo Junior.

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